Metaverso: ¿El siguiente paso de la comunicación está allí?

Con su llegada, las marcas y sus consumidores esperan una transformación en el mercado. Se viene un cambio, revolucionario, entre la forma de alcanzar audiencias y lograr su preferencia ahora en el Metaverso.

Internet es una de las tecnologías más revolucionarias desde que surgió, el siglo pasado, cuando se realizó la primera conexión de computadoras, conocida como ARPANET el 21 de noviembre de 1969, hasta hoy. 

Ese primer nodo (punto de intersección, conexión o unión de varios elementos en un mismo lugar) escaló rápidamente y, para 1983, ya habían unas 500 computadoras conectadas. A partir de entonces, se inició la transición al modelo de protocolos TCP/IP.

Esto permitió el desarrollo de Internet, un servicio que se volvió masivo en el año 2000 y contaba, en ese entonces, con 164 millones de usuarios. 

Al mismo tiempo surgió la Web 2.0 que revolucionó la interacción en este espacio; en ella, los usuarios comenzaron a ser más participativos no sólo consumiendo información, sino también, produciéndola. Seis años después (2006), la web 3.0 brindó una mejor arquitectura digital, al tiempo que mejoró y agilizo las búsquedas con nuevos entornos tridimensionales.

En la actualidad, hablamos de web 4.0 con comandos de voz, predicción de búsquedas e inteligencia artificial (IA), con lo que la evolución de Internet se da a gran velocidad y gigantes tecnológicos, como Apple, Google, Microsoft, Epic y Facebook -ahora Meta- le apuntan a un proyecto mucho más ambicioso: la generación de metaversos.

La revolución del Metaverso ¿Hacia dónde vamos?

El futuro de la web son los metaversos. Este concepto, que parece sacado de una película de ciencia ficción, es una realidad. Se habla de que, dentro de cinco o 10 años veremos, como algo cotidiano, lo que nos mostraron historias fantásticas como la película Ready Player One o la novela Snow Crash, con mundos simulados y a la vez avanzados, donde las personas acceden e interactúan.

No es tan descabellado pensar en que, en el futuro cercano, entraremos a un universo virtual donde al lado de nuestra familia o amigos tendremos no sólo un avatar (representación gráfica que se asocia a un usuario en particular para su identificación en un videojuego o foro de internet), sino también adquiriremos (a través de criptomonedas) propiedades o productos, como ropa, obras de arte o formas variadas de entretenimiento. 

De hecho, pasamos ya una gran cantidad de tiempo en línea. Según un informe global de Hootsuite y We Are Social, aproximadamente, estamos conectados seis horas y 42 minutos al día; esto suma, anualmente, más de 100 días por cada usuario de Internet.

Por ello, el Metaverso y todo lo que conlleva será –de un momento a otro– inevitable. 

Nuevas oportunidades, relatos y hasta profesiones

Estos inminentes cambios nos llevan a pensar en cómo cambiará la forma y modo en que las marcas y audiencias hablan entre sí. Por ende, la reinvención de la comunicación y la publicidad es, al mismo tiempo, natural e imperiosa. 

Esto nos lleva a pensar en nuevas formas de narrar teniendo en cuenta las diversas tecnologías que harán parte de los Metaversos. Por ejemplo: los relatos 360, el modelado 3D y el desarrollo de productos VR; además, formatos de anuncio en tres dimensiones, así como la personalización del customer service; todo apoyado de estrategias digitales totalmente inmersivas.

Finalmente, se requerirá talento especializado en este mundo virtual; incluso ya se contempla la necesidad de ingenieros de sistemas, desarrolladores y diseñadores. Posteriormente, estarán en demanda los organizadores de eventos híbridos-virtuales, storytellers y especialistas del marketing.

Así, el Metaverso (con estimaciones de revolucionar un mercado que, se espera, llegue a los 800 mil millones dólares para 2024, según datos de Bloomberg Intelligence) llegó para revolucionar y quedarse, potenciando la vida social que ya llevamos en la virtualidad, pero de una manera más disruptiva e inmersiva; además de transformar la vida, los negocios, la comunicación y la publicidad.

Share